Podemos afirmar que la otoplastia, junto a la rinoplastia, es la intervención quirúrgica de la Cirugía Plástica donde ciencia y arte se compaginan para poder resolver la gran variedad de deformidades auriculares que se pueden presentar.
Desde los casos de ausencia de formación total o parcial del pabellón auricular hasta las alteraciones en la forma, tamaño y posición de las orejas, existe un gran abanico de situaciones que suponen un reto para el especialista.
En nuestra práctica cotidiana lo más frecuente es tratar las orejas aladas o en soplillo. La intervención es mucho menos compleja y consiste en remodelar o recrear los pliegues del cartílago auricular que no se han desarrollado. A menudo la oreja tiene un tamaño excesivo y debemos resecar porciones de cartílago y de piel para conseguir unas orejas más armónicas.
La otoplastia, dependiendo de su complejidad, se realiza bajo anestesia local, general o sedación. Generalmente la hospitalización es de 6 a 12 horas. El postoperatorio transcurre con leves molestias. Es necesario llevar un vendaje durante 4 a 6 días. A continuación se lleva una banda elástica, sobre todo por la noche, durante 2 semanas. La inflamación se reduce a lo largo de las 2 semanas y el resultado es definitivo tras éste periodo.
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