Existe un gran número de procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos que se ofrecen en una consulta de cirugía y medicina estética.
Comenzando por la región facial, las técnicas de rejuvenecimiento facial abarcan desde la cirugía estrella que es el lifting de cara y cuello hasta la inyección del botox. El lifting corrige la flacidez o descolgamiento de la cara, del cuello y de las cejas. Existen pocas alternativas, salvo para la flacidez moderada que se puede mejorar con los hilos tensores. Son unos dispositivos que tensan el tejido subcutáneo gracias a unas espículas o conos. Este efecto es moderado ya que no se elimina piel por tanto no sirve cuando el descolgamiento es importante.
La blefaroplastia es muy frecuente ya que la región periocular se deteriora a partir de la cuarta década: bolsas, caída de cejas y párpados y exceso de piel. Es la intervención más frecuente en el rejuvenecimiento facial.
La inyección del botox o toxina botulínica es, junto al relleno de ácido hialurónico, el tratamiento más frecuente en el día a día. En 5 minutos el especialista es capaz de reducir las arrugas de expresión: entrecejo, frente y patas de gallo, elevando las cejas levemente gracias al tratamiento de los músculos depresores consiguiendo abrir de la mirada. El relleno con ácido hialurónico es el segundo tratamiento no quirúrgico más frecuente. Se utiliza asiduamente para realzar pómulos y labios principalmente. También se utiliza para corregir arrugas, sobre todo peribucales.
Las otras 2 intervenciones faciales más clásicas, para corregir defectos antropométricos, son la rinoplastia y la otoplastia. La rinoplastia es la intervención con la que comenzó a desarrollarse la especialidad de cirugía estética en la primera mitad del siglo XX. Corrige todo tipo de alteraciones estéticas de la nariz a menudo asociadas a alteraciones en la respiración.
La otoplastia normaliza la posición de las orejas separadas y también las alteraciones en la forma y en el tamaño de las mismas.
En el capítulo de la cirugía mamaria tanto el aumento como la reducción tratan los problemas por exceso o por defecto que se presentan en proporciones similares. La elevación o lifting de mamas es muy frceuente también pues a partir de la cuarta dácada los pechos se deslizan y se descuelgan.
En el capítulo del contorno corporal la abdominoplastia y el lifting de muslos son las técnicas más habituales para el tratamiento de la flacidez en abdomen y muslos. La liposucción solo da buen resultado para eliminar las acumulaciones de grasa localizadas en personas con buena elasticidad en la piel y peso correcto.
Comenzando por la región facial, las técnicas de rejuvenecimiento facial abarcan desde la cirugía estrella que es el lifting de cara y cuello hasta la inyección del botox. El lifting corrige la flacidez o descolgamiento de la cara, del cuello y de las cejas. Existen pocas alternativas, salvo para la flacidez moderada que se puede mejorar con los hilos tensores. Son unos dispositivos que tensan el tejido subcutáneo gracias a unas espículas o conos. Este efecto es moderado ya que no se elimina piel por tanto no sirve cuando el descolgamiento es importante.
La blefaroplastia es muy frecuente ya que la región periocular se deteriora a partir de la cuarta década: bolsas, caída de cejas y párpados y exceso de piel. Es la intervención más frecuente en el rejuvenecimiento facial.
La inyección del botox o toxina botulínica es, junto al relleno de ácido hialurónico, el tratamiento más frecuente en el día a día. En 5 minutos el especialista es capaz de reducir las arrugas de expresión: entrecejo, frente y patas de gallo, elevando las cejas levemente gracias al tratamiento de los músculos depresores consiguiendo abrir de la mirada. El relleno con ácido hialurónico es el segundo tratamiento no quirúrgico más frecuente. Se utiliza asiduamente para realzar pómulos y labios principalmente. También se utiliza para corregir arrugas, sobre todo peribucales.
Las otras 2 intervenciones faciales más clásicas, para corregir defectos antropométricos, son la rinoplastia y la otoplastia. La rinoplastia es la intervención con la que comenzó a desarrollarse la especialidad de cirugía estética en la primera mitad del siglo XX. Corrige todo tipo de alteraciones estéticas de la nariz a menudo asociadas a alteraciones en la respiración.
La otoplastia normaliza la posición de las orejas separadas y también las alteraciones en la forma y en el tamaño de las mismas.
En el capítulo de la cirugía mamaria tanto el aumento como la reducción tratan los problemas por exceso o por defecto que se presentan en proporciones similares. La elevación o lifting de mamas es muy frceuente también pues a partir de la cuarta dácada los pechos se deslizan y se descuelgan.
En el capítulo del contorno corporal la abdominoplastia y el lifting de muslos son las técnicas más habituales para el tratamiento de la flacidez en abdomen y muslos. La liposucción solo da buen resultado para eliminar las acumulaciones de grasa localizadas en personas con buena elasticidad en la piel y peso correcto.
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