El ácido relleno hialurónico es la substancia de relleno más segura y versátil para el tratamiento de la pérdida del volumen facial y de las arrugas faciales. Es un polisacárido que se sintetiza en laboratorio aunque es totalmente compatible con los tejidos humanos.
Hay que aclarar que las arrugas de expresión ocasionadas por la hiperactividad de los músculos del entrecejo, de la frente y perioculares deberán de atenuarse primeramente con la toxina botulínica (Botox, Vistabel, Azzalure- que son nombres comerciales). Transcurrida una semana, una vez que los músculos se han relajado, podemos inyectar relleno hialurónico en las arrugas más profundas, si fuera preciso.
Las zonas más habituales en las que se inyecta el hialurónico para aportar volumen facial son los pómulos, los surcos nasogenianos, el mentón y en ángulo mandibular. Otra aplicación es la rinomodelación o rinoplastia no quirúrgica.
Es posible inyectar relleno hialurónico en zonas no faciales para corregir cualquier tipo de depresión: postraumáticas (en extremidades) o congénitas (deformidades torácicas como el pectus excavatum).
La duración del relleno hialurónico es de uno a dos años por lo que habrá que repetir el tratamiento si queremos mantener la corrección.
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