La rinoplastia abierta permite realizar múltiples procedimientos de refinamiento de la punta nasal.
Existen gran cantidad de alteraciones, tanto primarias (genéticas o constitucionales) como secundarias (tras rinoplastia previa) que producen puntas nasales poco armónicas, gruesas o bulbosas.
En los casos primarios encontramos cartílagos alares hipertrofiados con abundante tejido subcutáneo fibroadiposo. En los casos secundarios existe tejido cicatricial (deformidad de supratip) y a menudo cartílagos asimétricos, semiamputados, ya que a menudo las rinoplastias cerradas no permiten realizar resecciones controladas.
Cuando la piel es muy gruesa (más frecuente en varones) y sebácea la punta carece de definición y aumenta la dificultad operatoria.
La primera zona donante de los injertos cartilaginosos es el septum nasal. Las desviaciones septales son frecuentes y en muchas rinoplastias realizamos septoplastias parciales.
El septum es una valiosa fuente de cartílago para tallar autoinjertos para soporte de la columela y para aportar proyección a la punta. Si ya se hubiera realizado una resección de septum en una cirugía primaria la zona donante para obtener cartílago es el pabellón auricular.
Para obtener una punta con la deseada proyección colocamos uno o dos injertos (superpuestos). Se trata de un procedimiento con efectos poderosos y casi milagrosos.
Es necesario fijarlos adecuadamente con suturas de 6/0 y tener cuidado de no proyectar excesivamente la nariz para evitar la sobrecorreción.
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