La reducción del volumen de las mamas excesivamente grandes o hipertróficas es una de las intervenciones de la Cirugía Plástica que más satisfacción produce tanto a la paciente como al cirujano.
Las mujeres que padecen esta problemática presentan limitaciones físicas proporcionales a la magnitud de la hipertrofia. Casi siempre, sobre todo en las mujeres más jóvenes, especialmente las adolescentes, sufren complejos psicológicos que les van a afectar en todas sus facetas sociales y en las relaciones interpersonales.
Las mujeres con mamas voluminosas deben de llevar prendas holgadas para tratar de disimular sus pechos grandes. A menudo pueden ser motivo de burlas y de bromas grotescas. Tienen dificultades para realizar deportes y en verano no suelen acudir a la playa o a la piscina.
Esta intervención a menudo se considera como necesaria (o reparadora/ reconstructiva) más que puramente estética por las connotaciones antes mencionadas..
Las técnicas de mamoplastia de reducción han evolucionado en las últimas décadas. Es uno de los procedimientos “clásicos” de la especialidad.
Aunque existen diversas técnicas (o formas diferentes de llevar a cabo la intervención) el objetivo de todas ellas es extirpar el exceso de tejido mamario (constituido por tejido mamario glandular y tejido adiposo en proporciones variables), tratando de preservar la funcionalidad del órgano. Salvo en las gigantomastias (mamas masivas) el aspecto de la funcionalidad (capacidad de mantener la lactación y la sensibilidad) es posible preservarlo.
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