Aprovechando el período vacacional hay personas que eligen los meses del verano para realizarse alguna intervención quirúrgica. Generalmente las intervenciones de cirugía estética no justifican bajas laborales por lo que las personas toman una o dos semanas de sus vacaciones para intervenirse.
Los procedimientos más frecuentas en ésta época son: la cirugía mamaria, tanto el aumento como la reducción y la elevación. La cirugía mamaria tiene un postoperatorio sencillo, con leves molestias y pasa desapercibida. No es así para la cirugía facial, salvo las blefaroplastias que gracias a las gafas de sol permiten proteger la zona periocular de la exposición solar.
Los liftings faciales y las rinoplastias son más frecuentes en invierno, así como la cirugía del contorno corporal: liposucción, abdominoplastia y liftings de extremidades (braquioplastia y cruroplastia). Estas intervenciones requieren llevar fajas con lo que en verano resultan más incomodas y dan calor. En la rinoplastia es necesario llevar un yeso sobre la nariz durante una semana.
Las otoplastias se realizan frecuentemente en los meses de junio y julio, cuando termina el curso escolar y antes de las vacaciones estivales, ya que se trata mayoritariamente de adolescentes. En ésta cirugía es necesario llevar un vendaje unos 5 días.
Los tratamientos médicos como el botox o los rellenos de ácido hialurónico se realizan igualmente en invierno como en verano ya que lo habitual es que no se forme ningún moratón y los fenómenos inflamatorios son mínimos o nulos.