El secreto para que nuestros tratamientos, tanto quirúrgicos como no quirúrgicos tengan una recuperación rápida y sean prácticamente indoloros es que nuestras técnicas sean avanzadas y manipulemos la piel y otros tejidos con gran delicadeza.
Si se controla o evita el sangrado no aparecerán hematomas o moratones. En relación a éste aspecto el empleo del láser en las intervenciones de los párpados (blefaroplastia) o en la cirugía genital permite unos posoperatorios indoloros y los fenómenos inflamatorios se reducen hasta en un 50%.
Damos máxima importancia al confort de nuestros pacientes. Por ello empleamos técnicas de anestesia avanzadas con un despertar rápido y sensaciones placenteras. Ya pasaron a la historio los vómitos y despertares pesados.
En las técnicas quirúrgicas empleamos el microscopio o lupas de aumento que nos permiten sellar hasta los capilares más pequeños. Asi, reducimos el riesgo de sangrado o de hematomas. Las técnicas deben de ser atraumáticas, es decir manipular suavemente los tejidos y coser con suturas finas y de materiales avanzados.
En cuanto a los tratamientos médicos como el botox, los rellenos o la elimainación del vello mediante láser aplicamos frío localmente que actúa como anestésico, reduciendo igualmente el dolor y la posibilidad de hematomas.